La modernidad nos hizo sedentarios

El movimiento es esencial para mantener un cuerpo saludable. El ritmo cardíaco, la digestión, el fortalecimiento muscular, la circulación sanguínea e incluso la efectividad de nuestro sistema nervioso dependen de una actividad física constante. 

El hombre en sus inicios no tenía la necesidad de dedicar tiempo a realizar actividad física, de hecho dedicaba tiempo al descanso. Es fácil imaginarnos un día en la vida de nuestros antepasados. Al ser recolectores de alimentos y cazadores de pequeñas especies (aves, peces o mamíferos menores), el inicio de actividades debía ser al amanecer para aprovechar que los animales aún se encontraban en sus nidos o madrigueras y en el caso de la recolección para tener mayor frescura por el sereno recién caído. Al no tener cultivos cercanos (recordemos que la revolución agrícola ocurrió hace apenas 10000 años) debían trasladarse hasta localizar un árbol que les diera buenos frutos o perseguir y colocar trampas para conejos en un área considerable. Para pescar contaban con herramientas mucho más rudimentarias que las cañas que se utilizan actualmente y además debían nadar para conseguir peces de mayor tamaño que les brindaran más cantidad de alimentos. Después de una buena comida, buscaban la relajación mientras el sol se encontraba en el cenit y por la tarde reiniciaban sus actividades. 

La recolección de leña para mantener el calor por las noches era la tarea vespertina. Después el hombre aprendió que cocinar los alimentos les permitía experimentar nuevos sabores y mayor conservación. Al caer la tarde quizá se relajaban y disfrutaban los paisajes, siempre y cuando no estuvieran huyendo de animales salvajes. Dormían y al siguiente día comenzaba nuevamente la rutina. Como verás la actividad física prácticamente duraba todo el día y además poseían una dieta variada, ya que se alimentaban de las frutas y verduras de temporada, carnes de aves y peces siempre con frescura, una buena cantidad de líquidos y evitaban el sedentarismo

Después del descubrimiento de la agricultura, el trabajo se organizó, pero no cambió en cuanto a la exigencia física. Debían levantarse temprano, limpiar y separar las semillas, preparar los terrenos de cultivo, buscar el transporte del agua para mantener la cosecha, limpiar de hierbas y plagas sus terrenos, recolectar y almacenar sus productos y finalmente comercializarlos. 

Así fuimos creciendo como especie, hasta que en un punto, perdimos la necesidad de realizar actividad física. Cambiamos nuestro trabajo en el campo por los trabajos de oficina. 

Ahora veamos un día cotidiano en nuestros tiempos: nos levantamos temprano para tomar nuestro vehículo y dirigirnos al trabajo. A veces hay desayuno y a veces las prisas nos lo impiden. Tenemos una dieta con poca variedad ya que a muchos «no nos gustan las verduras», preferimos lo dulce o lo salado, no tenemos tiempo para comer o elegimos la rapidez de la comida procesada. Después de estar sentados por 4 o 5 horas, caminamos menos de 1 km para comer y posteriormente regresamos a sentarnos durante otras 4 horas. Al llegar a nuestra casa estamos tan cansados para hacer actividad física, que buscamos relajarnos viendo la televisión o escuchando música sentados en nuestro sillón preferido. Y luego dormimos para empezar nuestra rutina al día siguiente. Nuestros músculos se atrofian y ya no queremos hacer actividad porque no tenemos fuerza. Entonces perdemos más fuerza y nos atrofiamos más.Y este ciclo se repite por lo menos 30 años. 

Como verás los hábitos han cambiado de manera considerable y el problema es que la estructura genética no lo ha hecho. Estamos diseñados para el movimiento, para la actividad física, para fortalecer nuestros músculos. 

La modernidad no debe estar peleada con la actividad física, sólo es cuestión de organizarse, por eso en Axis te damos 5 consejos para que integres el ejercicio en tu vida cotidiana

1. Piensa que es una inversión. El ejercicio te brindará un cuerpo más fuerte, una mejor circulación sanguínea, un sistema inmunológico más fuerte y muchos beneficios más. Si cuidas tu cuerpo, requerirás menos servicios médicos y te ahorrarás mucho dinero en un futuro. El esfuerzo extra que realices el día de hoy te dará frutos en un futuro. 

2. El tiempo clave son 45 minutos. La respiración a nivel celular tarda 30 minutos en comenzar a utilizar energía que tenemos en reserva, por lo tanto si tu meta es entrenar a tu organismo para tener un metabolismo más acelerado, hacer menos de este tiempo no te ayudará. Se recomiendan 45 minutos al menos para conseguir que el cuerpo entero se oxigene y movilice nutrientes. Te recomendamos realizar esto por lo menos 3 veces a la semana si estás empezando a ejercitarte. Tampoco es conveniente un entrenamiento diario de la noche a la mañana, ya que tu cuerpo necesita reposo e irse acostumbrando poco a poco, hacerlo de manera abrupta sólo te provocará lesiones. Empieza con caminatas en el parque cercano a tu casa, verás que después de un tiempo empezarás a correr y a aumentar tus distancias. 

3. Menos televisión y menos internet. Según las estadísticas de los que estudian las comunicaciones, actualmente una persona promedio utiliza entre 2 y 3 horas de su día para consultar redes sociales o visitar páginas de internet. Además se invierten entre 90 y 120 minutos en ver televisión y generalmente los hábitos indican que mientras se realizan cualquiera de las dos actividades, la gente consume mayor cantidad de alimentos chatarra (botanas, refrescos, helados). No te sugerimos que dejes de ver televisión o navegar en internet, pero te aconsejamos planificar tu tiempo para reservarle un par de horas a tu cuerpo. Muchos de esos minutos te ayudarán a evitar comidas innecesarias y fortalecerán tu organismo. 

4. Mientras más tarde empieces, más difícil será. Algunos consideran que la necesidad de ser sedentario es similar a la adicción a alguna droga, sin embargo no en el sentido estricto de una dependencia fisiológica, sino en una dependencia psicológica. Muchos incluso, lo han asociado a depresión y ansiedad. Se ha observado que para los más jóvenes es más sencillo realizar actividad física y esto va relacionado a que su cuerpo aún no ha caído en círculos viciosos de sedentarismo, es decir, mientras más tiempo se mantiene el reposo, el cuerpo aprende a evitar el ejercicio y cuando queremos empezar a hacerlo, hay más dolor y menos motivación para realizarlo. ¡Sal del círculo! Verás que tu cuerpo lo agradecerá. 

5. Busca algo que te guste, no lo que está de moda. No todos los ejercicios son para todas las personas. Elige una actividad que te agrade, algo que te motive a alcanzar nuevos retos y que además te relaje. Hay cientos de deportes y actividades para escoger, no te cierres a lo que los demás hacen o lo que todos tus amigos te sugieren. No lo hagas por ganar medallas o alcanzar podiums, hazlo por tu cuerpo, por buscar una vida saludable, por fortalecer tu energía, porque te gusta. 

El sedentarismo se acompaña por excusas que hemos tomado como la falta de tiempo, la edad o el costo, pero también creemos que depende de nosotros mismos poder cambiar. ¡Te invitamos al movimiento! Escríbenos si tienes alguna duda y recuerda compartir este artículo si te ha sido útil. Síguenos en nuestras redes sociales y mucha suerte en tu nueva aventura. 

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